Juguetes, juguetes y más juguetes. En la clase de hoy diseñamos juguetes pensando en las necesidades de distintos casos que fueron distribuidos por todos los grupos de curso. Si bien en un comienzo fue algo difícil ponernos de acuerdo para definir el juguete que haríamos con mi grupo, resulto ser un proceso de mucha creatividad y entretención. Nuestro juguete consistía en un tablero de cartón que tenía cuatro orificios por donde podían caer pelotitas de diferentes colores (azul, rojo, amarillo, verde y otras de múltiples colores). Además cada uno de los cuatro jugadores tenía en su mano un implemento para desplazar y capturar las pelotitas que se encuentran esparcidas por el tablero una vez que el juego ha iniciado. Este juguete nos trajo gran satisfacción ya que logramos entretenernos y disfrutar de nuestro trabajo, el cual nos había costado llevar a cabo por algunos desacuerdos y percances.
Ahora si, lo que más admiro del trabajo realizado fue la exigencia de creatividad.
A veces creemos que "lo creativo" es un proceso simple y algo banal, pero la verdad es que resulta ser todo un desafío para cualquier grupo. Tener que crear e inventar para cumplir objetivos, de cualquier índole, va a ser un desafío a nivel personal y grupal y donde se demostraran las habilidades sociales que cada integrante posee para llevar a cabo, en acuerdo común, lo que se intenta realizar. Lo principal es tener capacidad de escucha. Porque al escuchar el aporte de cada uno es como los demás podrán integrar para elaborar y/o modificar el asunto a tratar. Por lo mismo surgieron en este proceso muchos momentos donde nos sentíamos frustrados como equipo, y tan solo por no saber escucharnos. De esta manera es que he aprendido a mediar entre el deseo personal y el deseo grupal, tener que saber aportar y saber ceder. Y todo lo aprendí a través de un juguete...se veía al simple, pero como dicen por ahí, entre lo simple están las grandezas.
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